
Nuestros vinos
Era un rayo de luna, un rayo de luna que penetraba a intervalos por entre la verde bóveda de los árboles cuando el viento movía sus ramas…
Gustavo Adolfo Becquer.
Nuestro sueño… que penetre en vosotros ese rayo de luna que posee cada uno de nuestros vinos, con la expresión más sincera del terroir de los majuelos centenarios que cuidamos.
Viñedos
el viento que suspira entre las ramas; las hojas, que parece que rezan en voz baja, me han impedido oír lo que ha dicho; pero no hay duda, va por ahí, ha hablado… ha hablado…
Gustavo Adolfo Becquer.
Así pretendemos que cada vendimia hable de sí misma, sin marcar un tipo de vino constante cada año, sino que sea el trinomio formado por el suelo, la planta y el clima el que cada añada maque las características de nuestros vinos.
Nuestro sistema de trabajo en la viña es 100% ecológico y de mimo constante a cada una de las cepas centenarias que componen los numerosos majuelos de la propiedad.
De esta manera nos comprometemos a devolver estos viñedos centenarios, prestados por nuestras futuras generaciones, en el mejor estado posible. Comprometiéndonos de igual modo con nuestra madre Tierra.
Todos estos majuelos centenarios están compuestos por las variedades Tinta del País y Albillo Mayor.
Bodega
aquella cosa blanca, ligera, flotante, había vuelto a brillar ante sus ojos, pero había brillado a sus pies un instante, no más que un instante…
Gustavo Adolfo Becquer.
Como ese único instante del brillo de la luna, es la fecha de cosecha para nosotros, un instante único que tenemos que decidir y que de alguna manera marcará el resto de elaboración en la bodega y por tanto las características de nuestros vinos.
En bodega el principal objetivo es que la entrada de la vendimia sea en el momento adecuado y en las mejores condiciones de integridad y temperatura de la uva.
A partir de ahí respetar la expresión de cada terroir de nuestros majuelos, realizando distintas elaboraciones con diferentes materiales de vinificación y crianza.